viernes, 20 de agosto de 2010

 foto de cuentos10.blogspot.com



Un día soleado, comienza a caer el atardecer. Una niña menuda, pequeña de apenas 5 años va ha visitar a sus abuelos. No suele pasar mucho tiempo con ellos, ella vive en Madrid con sus padres, y si a eso le sumamos que ellos no tienen coche, entonces comprenderás que el trasporte publico no es tan cómodo, como para repetir trayecto a menudo.

Se divierte sola, no hay niños alrededor, pero que importa igual está entretenida con cualquier cosa… un simple lápiz o una hoja arrancada de cualquier calendario. Su padre se levanta, se acerca y le dice:

-          Te vienes, tengo que ir a recoger a los burros. ¿Me ayudas?
-          ¡¡¡¡Siii!!!!

Salen por la puerta, después de una pequeña caminata le pregunta “papá ¿queda mucho?”, “no, no los ves que están ahí. Mira al fondo” fue su respuesta.

La niña con ojos llenos de ilusión miro aquellas pequeñas bestias, pero que desde su punto de vista parecían grandes gigantes. Su padre los desato y le dijo:

-          Hija toma la soga de este, por favor tienes que guiarlo. Tira con fuerza y el animal andará donde tu quieras.
-          Si, papá.

La niña tiró de la soga, al principio el animal tozudo no andaba,papa no anda”, “tira de él, pero con fuerza”. Así lo hizo  y el animal la siguió adonde ella fuera. Ella se sentía feliz, la inundaba una gran alegría al ver que podía dominar a ese ser irracional.

De vuelta llegaron a un camino, parece mentira que en medio de la inmensa pradera haya un pequeño camino que te guíe hacia una pared donde haya unas argollas para amarrar a esos animalitos. Pero los hay y además este tenía pequeños almendros florecidos a los lados del mismo. En ese momento su padre le advirtió. “hija, no vayas por el lado del camino, sino por el centro. Así el burro no se comerá el almendro” La niña avanzó despacio tirando del ya cansado animal, tenía miedo de que se le fuera atraído por el dulce aroma de las flores.

Paso a paso su angustia se fue despejando como aquel que se va desatando de cada nudo que le amarra. Visualizaba la pared, estaba tan cerca… ya llegaba… cuando el burro dejo de avanzar. Su corazón se aceleró miro a su padre, no quería ver lo que bien era su peor temor. “ ¡¡¡¡Papá!!!, el burro ¡¡¡¡no anda!!!, ¡¡¡¡papá!!!”. La respuesta de su padre fue clara “pero ¡¡¡Luana!!!, si se está comiendo el almendro!!!!, tira de él”.

Su padre tenía aún al otro animal, por suerte estaban cerca de la pared. Así que decidió que lo mejor era amarrar a uno y luego ir a por el otro. Esos minutos fueron eternos, ella sintió que encogía aun más, la angustia la dominaba,  el burro se iba a comer el ¡¡¡árbol!!! Pero quizás lo que mas le preocupaba es que de alguna manera estaba defraudando a su padre, el la había advertido. Estaba a punto de estallar en una tormenta  de lágrimas, cuando su padre regreso y tiró del burro. Su preocupación se convirtió en un gran odio hacia el bicho que, por decirlo de alguna manera, la había dejado en ridículo.

Con el tiempo paso su cólera y solo le quedo un bonito recuerdo, que cual siempre lo resumio en una frase 
 
“ Por eso dicen que los burros ¡¡¡¡son muy burros!!!!”



jueves, 19 de agosto de 2010
 foto del blog beto-mislocuras.blogspot.com

Cada día cojo ese autobús con mi música y mi libro en la mano pero...desde que ha entrado por la puerta del autobús, mis ojos se han fijado en él y no puedo reprimir las ganas de mirar su boca, sus finos labios... esa forma sugerente.

Me muerdo los labios, en mis oídos resuenan esas palabras de pequeño diablillo: “por que no te acercas, por que no le besas...”. Sacudo la cabeza como si eso sirviera para poder eliminar las palabras de mis neuronas... pero  se clavan más, se oyen más fuertes, más claras...

No me puedo aguantar, aunque quiera reprimir las ganas. Mi cuerpo se desprende del sitio que ocupa, con paso firme me acerco, clavo mi mirada en sus gafas de sol no le veo los ojos, pero no hace falta. 

No digo nada, sobran las palabras, me atrae, me atrapa el deseo. Acerco mis labios a los suyos, despacio, lento... su respiración se clava en mi, enfrascados en un largo y sugerente beso se ha detenido el tiempo. Siento que mi corazón está en el suelo y mi mente en las nubes.

Entonces recobro el sentido, las palabras de mi libro se hacen visibles y al mirar al fondo  él ya no está,  me vuelvo a repetir: “solo fue otra fantasía”
martes, 17 de agosto de 2010

 foto del blog felisamorenoortega.blogspot.com
 

Hay veces que voy en el transporte público y no lo puedo evitar, pienso: “que tal si jugamos un rato”.

Una chica entra en el vagón, viste vaqueros ajustados y camiseta con escote sugerente. Es alta y mona, aunque yo sea chica eso no se puede negar. Ahora bien sube un hombre... hay viene el juego, la mirará o no la mirará. Si es si me apuesto un sugerente magnum de chocolate.

Fíjate, ella esta sentada y el se pone al otro lado, se rasca la barbilla, se da la vuelta, mira por la ventana... ¡¡¡PREMIO!!! A través del reflejo se ha empapado bien. Otro... sube se sienta cerca, que tal si me pongo a leer... que si que no por el rabillo del ojo...¡¡¡PREMIO!!! Vistazo a toda la pantorrilla. Uno más.... el abuelillo a penas aguanta el traqueteo del tren, se sujeta como puede al agarradero más cercano del sitio de la chica... que maja a parte de ser mona es amable... le cede su sitio y adivina... ¡¡¡PREMIO!!! El escote a tiro todo el tiempo... este fue el más listo!!!! (será por lo de la experiencia es un grado....)

Y así una media docena de ineptos que se ponen las botas entre vistazo a la pechuga y al besugo, y yo... yo ya tengo un empacho que no me sostengo!!!
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