viernes, 31 de enero de 2014


El sábado pasado fuimos a FITUR. Vamos siempre, es una tradición familiar aunque este año los papis no pudieron venir, así que fuimos mi hermana, yo y una amiga. A la una estábamos plantadas frente a la puerta con la mochila acuestas y el bocata dentro de ella.

Nos lo pasamos pipa. De un lado para otro, buscando información, cogiendo algún regalito, poniéndonos hasta arriba de comida, de bebida. Disfrutando de una vuelta al mundo sin aviones, sin barcos, a patita y en ¡un solo lugar!.

Volvimos a las 8, regresamos arrastrando los pies hasta nuestras respectivas casas. A esas horas y después de tantas vueltas al mundo una está a reventar…

- Bueno guapa, gracias por acompañarnos.
- De nada, gracias a vosotras por invitarme a ir.
- Ahora a descansar...
- Si.
- Ejem, ejem- unas zapatillas rojas asomaban por el borde de la terraza.
- Buenas tardes Merche.
- Buenas chiquillas, ¿en que salón de belleza os han peinao?
- ¿salón de qué...?- le contestó mi hermana.
- ¡Ea, quilla!, ¡pues que traéis unos pelos! eso no lo he visto yo en mi via...

Nos miramos unas a las otras. Nos habíamos olvidado de nuestra visita a Portugal, y ahora nos dábamos cuenta que quizás no fue buena idea… Habíamos salido de allí con una ola en la cabeza, si así como lo oyes, una ola que hacían con nuestro pelo, bueno en mi caso ¡un mar entero! y hasta incluían surfero. 


Estallamos en carcajadas, nos reíamos de nosotras, de nuestro moño-churro, de la pinta cómica que debíamos tener en medio de la Calle San Luis. Nos reímos hasta que nos dolieron los huesos y Merche seguía allí de pie, con su mandil de flamenca, sus zapatillas rojas y sin comprender:

- Ea una que se interesa por la cosas y los demá que se rie de una...
- No Merche... escucha...
- No, ya no quiero escuchar na...
- Pero... Merche...¡no vayas a Portugal!

Hubo silencio, mi hermana y su amiga se miraron entre ellas, me miraron y volvieron a estallar. Los moños-churros no dejaban de bailar, mi mar de olas no paraba de moverse y Merche desapareció enfurruñada tras la persiana, aunque esa no fuera mi intención.

Fue una tarde inolvidable, no fue solo un FITUR más. 

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