viernes, 7 de febrero de 2014

Somos la calle más comentada del barrio, pero claro, es que las cosas que pasan en esta calle no son normales, así que no me extraña que seamos la comidilla del mismo. Y es que, tener la ventana abierta es correr el riesgo de presenciar las aventuras de los vecinos y por consiguiente estar metido en algún lio. Ya te podrás imaginar… eso es precisamente lo que me ha ocurrido a mí. 

Esta tarde había tal alboroto que no me ha quedado otra que asomarme a la terraza, no creas no era la única, media calle hacía lo mismo. Y es que por un lado estaba Merche que había bajado junto con su marido Manolo,  su mandil de flamenca y las zapatillas rojas gritando como una descosida. Por otro lado, Pepi que desde la terraza también gritaba con la taza en la mano, mientras Chema cerraba el quiosco pronto, demasiado pronto. Encarni se acopló al lado de Manolo meneando la cabeza, mientras le decía a su marido que viniera que tenían que arreglar una cosa. Pero lo más inquietante fue que ví a la Gaceta, por primera vez, con el periódico doblado debajo del brazo, muy callada y apoyada contra la pared. Todos rodeaban a Mácu que salía de su portal.


Cosa extraña, porque Mácu no es de estar callada, de hecho es nuestra vecina más vulgar. Estuvo un tiempo con un hombre del que todavía no sabemos su nombre con el que tuvo una hija, Jenny.  Y luego empezó a andar con Richar ( por ahí se rumorea que le puso los cuernos al primero…), andaban sin casarse, sin convivir, de hecho  el único sitio donde se entendían era en la cama y eso que  con ese hombre era difícil entablar, tanto fuera como dentro de ella. Estoy segura que en cuanto cruzaba la puerta de su casa no se encendía ni una mísera luz, por suerte el niño no ha salido a él. El niño, el Jonathan.


Para ellas sus hijos son los más, aunque gilipollas que es lo más bonito que les suele decir. Son sus dos J y por ellos ma-ta. 

Su abuela Rosario, con quién vive, siempre la anda regañando aunque lo único que se le oye contestar es “que no joder abuela, que no me toques los cojones…” Por eso, porque a ella nadie la suele protestar me sorprende que Mácu esté acorralada en el portal, ¿Qué habrá pasado…?

martes, 4 de febrero de 2014
El metro es tan raro... el otro día estaba sentada al lado de una señora, yo diría de unos 40 años, que la tía no se movía nada. Me llegó a asustar ¡de veras!, ya tenía el móvil en la mano a punto de llamar a emergencias, cuando empezó a moverse. Abrió el enorme bolso que llevaba, removió el brazo por el fondo y sacó una pequeñísima lima de color amarillo chillón.

Fíjate si era llamativa, que si en ese momento se va la luz ella nos hubiera iluminado a todos. ¡Madre mía! ¿Dónde se había comprado eso?

El caso es que la señora "inactiva" ,para mi sorpresa,  empezó a limarse las uñas con una energía desbordante. Con énfasis en las esquinas, ras, ras, ras, solo se la escuchaba a ella, ras, ras, ras, pasaba a la siguiente no sin antes alargar el brazo y ver el resultado, ras, ras, ras... diez minutos después se había hecho la manicura exprés y había vuelto a su estado de inactividad.

A mi digan lo que digan me pareció un bicho raro, único en su especie, aunque lo que si me dejo fue una dentera ¡bestial!
domingo, 2 de febrero de 2014




Definición de Metro según la Real Academia del Idioma Sorayil (RAIS):

Metro: s. m. Dícese del medio de transporte donde viaja gente dormida por la mañana y gente despierta por la tarde.  Tiene forma de tren compuesto por vagones con asientos, la mayoría ocupados. Donde la gente viaja como buenamente puede, haciendo lo que más le gusta: leer, escribir, dibujar, charlar, cantar, escuchar música…

Pues eso un lugar lleno de aventuras y aquí las vamos a contar. Próximo martes nueva sección: COSAS DEL METRO =)
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