viernes, 27 de febrero de 2015

En casa estábamos de celebración. Alguno de los componentes de la misma se hace más viejo y como es natural en estas ocasiones se hacen regalos, ahí es donde entra en acción el peludo de la casa.

Da igual lo que se regale o que le caiga algo a él, aunque alguna chuche seguro que piensa que no estaría mal, lo que verdaderamente le importa son los papeles. Esos trozos enormes o pequeños, tanto da, de papel que caen al suelo a la silla o al sofá con la emoción, esos son de un interés sobrenatural.

He visto a Lito correr a pillarlos con sus dos patitas delanteras, esconderse debajo de ellos y quedarse muy quieto. Arañarlos y arrancar pedazos con sus afilados dientes. Y al final se queda todo hecho un Cristo: la alfombra alborotada, los trocitos de papel por todo lados.... ¿y quién limpia todo esto, eh? Exacto, ¡¡la pringada de turno!! Cualquier día le cojo y no sé qué le hago.


jueves, 26 de febrero de 2015

Llegue a la puerta del portal con la lengua fuera. Estaban todos alterados, gritando cada uno por un lado y llamando a la puerta de Luis que todavía no había salido de allí.

Me acerque a la puerta del piso vacío, había un enorme agujero donde antes había una cerradura, se podía ver los muebles de la cocina a través de él, eso si probé a ver si se podía abrir pero la puerta quedó inutilizada, ahora te digo que la bronca que me calló fue chica…

- ¿Estás loca? Como se te ocurre tocar la puerta.
- Mamá por favor ten calma, no pasa nada… era para ver si la puerta se abría.
- Por lo menos utiliza unos guantes muchacha.
- Pero guantes ¿para qué?
- ¡Por si la policía tiene que sacar huellas! Estos chicos de hoy en día no saben nada de las técnicas.
- ¡A mí me parece que veis muchas pelis Pepi! ¿Que crees que va a hacer la poli? ¡eh! Por cierto la habéis llamado ¿verdad? Por lo menos que haya denuncia, aunque no sirva para nada…
- ¡Que si, hija! Que lo primerito que hice fue llamar a la poli.
- ¡Eh! ¿Alguien ha perdido una zapatilla? - la Gaceta asomo su pequeña cabeza por la puerta del portal y con ella una zapatilla azul.
- Lo que me extraña es que no perdamos otras cosas… pero no María aquí solo hemos perdido la seguridad.
- Ejem, esto yo… sí. La zapatilla es mía.

Todos se volvieron a mirarme, y sin excepción hicieron un reconocimiento  de mi aspecto en profundidad y no te digo nada las pintas que llevaba… El pelo alborotado, la bata rosa que me venía grande, el jersey fino y viejo de color gris, los pantalones de chándal que se había quedado para estar en casa por tener manchas de lejía en uno de los bolsillos y mis pies. Mis pies vestidos con unos horribles calcetines gruesos con rallas de colores  llamativos que encima para no tener frío me había puesto por encima de los tobillos cubriendo el pantalón…

- ¡Ains! muchacha no se puede contigo,  vaya pintas que llevas siempre ¡eh!
- Oye Pepi,  cada uno en su casa anda como le parece ¡eh!
- Ya claro pero con algo decente, no vaya a ser que te pille con imprevistos como es el caso…
- ¡Claro! se me olvidaba que hablo con doña perfecta…
- ¿Doña perfecta? Pero tú que te crees…
- Yo no me creo nada, pero ya está bien que siempre que te asomas a la terraza es para ponerme verde.
- ¡Parar ya!
- ¿Yo? ¿Verde? Estas tu apañá, tú te buscas que te digan estas cosas ¡eh..!
- Mira Pepi, no me hagas decir cosas que la vamos a tener muy gorda ¡eh…!
- ¡Silenciooo!

Mi zapatilla voló hacia donde estaba. Pepi y yo que estábamos cara a cara, dejamos de discutir en el acto. La Gaceta había tomado cartas en el asunto y en ese mismo momento se abrió la puerta de Luis que apareció gritando eso de:

“¡Quieto todo el mundo!, que esto lo soluciono yo”


miércoles, 25 de febrero de 2015



Cuando me propuse leer esta historia no pensé que encerraba una narración tan inusual, tan profunda y original. Así que sí, me sorprendió en todos los sentidos.  Pero vamos al lio, a contaros un poco más de ella.

Supongo que como yo, habrás visto muchas pelis en la que hay niños que hablan con sus amigos imaginarios. Si, esos que les traen de cabeza a muchos padres. Pues está es una historia contada al revés, es decir, el protagonista no es nada más y nada menos que el propio amigo imaginario, Budo que así se llama.

En esta historia Bubo irá viendo como desaparecen otros amigos imaginarios y como los amigos reales se van haciendo mayores dejando atrás el camino de la imaginación,  y ahí es donde se plantea su problema ¿Qué pasará con él cuándo Max, su amigo real, ya no crea en él?

Es una novela bien construida y con un lenguaje bien adaptado a los personajes y esto último me gustó mucho, sobre todo porque en algunas novelas en las que aparecen personajes infantiles los caracterizan por como si fueran demasiado pequeños o  demasiado adultos y pierden credibilidad.

Al final mientras vas leyendo, no solo simpatizas con los personajes, sino que te vuelves un poco niño y compartes sus inquietudes de un modo que no pensaste. Así que ojo, que al final uno parece sentir la necesidad de hablar con alguien imaginario, aunque no sé por qué pero yo a pesar del libro siempre tengo esa sensación...


En fin... ¡a genial!, ¡otro recomendado para la colección!

¡Hasta el miércoles! 




martes, 24 de febrero de 2015
Los nuevos móviles aparte de ser bien grandes vienen dotados con cámaras frontales, que según te miras en el móvil aprietas el botón y listo, una foto o lo que es lo mismo un selfie.

Pero no creas que es tan sencillo, hay gente que repite, repite, y repite la foto con diferentes poses: con morritos, con el pelo bien colocado, con las cejas bien peinadas, con la mano en la barbilla, bajando la cabeza…  todo lo que sea necesario para que salga la foto perfecta y sino no estaremos ante un buen selfie.
 
Ahora bien, se me escapa a la comprensión para que quieren tantas fotos con un escenario como el metro, ¿no sería mejor en un parque, en la calle...? a mi me parece que cualquier sitio es mucho mejor que el metro que entre otras cosas se te queda mirando todo hijo de vecino, y ¿estas fotos se envian? porque, ¿a quién le puede interesar una foto de uno mismo poniendo morros?…  en fin las modas, a cual más rara...

Y como este es un blog de moda... ¡venga a seguir la tendencia! todos a sacar morritos  y lo que haga falta para sacar un buen selfie. Yo ya si eso al año que viene me hago con un movil con cámara frontal, que sino no chicha, no limoneit… ;)





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