viernes, 10 de abril de 2015



Hemos pasado unos días con la familia en el pueblo y mi hermana tras muchas discusiones permitió levantarle el castigo a Lito y dejarle ir con nosotros. Eso sí, no le quitó el ojo de encima. 

La verdad es que se ha portado muy bien, salvo una tarde noche que el tío se tumbó todo lo largo que es en el sofá, a la vista de todos así, por sus largos bigotes.  Claro que mis abuelos también tienen su parte de culpa, porque le dejaron campar a sus anchas y el tío dejó consentirse obviamente.
  
Pero fuera de ese pequeño incidente, Lito se ha tomado unas vacaciones para descansar y literalmente, porque se ha metido en el cesto a planchar la oreja de un modo inimaginable. Solo se levanta para ir al baño, comer, beber y mirar por la ventana!!. Le encanta ver los pajarillos que se posan en el tejado, parece que estuviera viendo un partido de tenis! ;)

Para mí que lo ha hecho aposta, ha estado disimulando para quedar bien y así en la próxima no le pongamos tantas pegas en dejarle ir. No si inteligente es un rato...

¡¡¡Buen finde queridos lectores!!



jueves, 9 de abril de 2015



-¡El edificio está rodeado!, ¡salgan con las manos en alto!. 

Las luces de varios coches patrullas entraban por los cristales de la puerta del portal y las voces de las vecinas nos alertaba de que saliéramos de allí lo antes posible o aquello se ponía feo. Pero nadie movió un dedo, todo el mundo se quedó en el sitio sin moverse. Yo por mi parte solo podía atender a mi madre que apenas se sostenía en pie a causa de una posible bajada de tensión.

-¡Si no salen en dos minutos,  entraremos a la fuerza!

La gente dentro del portal empezaba a reaccionar, los nervios hicieron que muchos se arremolinasen ante la puerta del portal. Al final todos intentaron salir de golpe por aquella puerta pequeña y menuda con la consecuencia de que muchos de ellos se quedaron encajados en ella. 

-¡No empujeís!
- ¡Ay mi codo!
-¡Me estoy agobiando! ¡Sáqueme de aquí señor policía!
-Pepi hija que me trago tu sobaco…
-Pues María quita el maldito periódico ¡que me lo estás clavando en la ingle…!
-¡Pero de dónde demonios han salido ustedes!  De un loquero o qué. Juan, pide que vengan los bomberos que a estos no los sacamos ni  a tirones.
-Si, señor. Ahora mismo.

Desde el otro lado se escuchaba a Merche, a Macú y hasta al propio Chema  clamar al cielo para que aquello se solucionara lo antes posible. Sin embargo el único que no se movió fue Luis que parecía petrificado al otro lado de la trinchera con la escopeta en mano. Supongo que se sentía culpable por haber llevado a aquella situación a un término tan inimaginable. 

Diez minutos más tardes, los bomberos aparecieron por allí con aparatos extraños que doblaban el hierro con una facilidad asombrosa. En apenas dos minutos la gente empezó a caer como las fichas de dominó, eso sí de la puerta solo quedó un amasijo de hierros. 

-Bien alguien aquí me puede explicar que ha pasado ahí dentro.
-Pues si verá.- la Gaceta se recomponía las gafas y  el vestido a mamporro limpio, se colocaba el periódico debajo del brazo y con la otra mano agarraba al jefe de policía mientras le guiaba hacia el otro lado de la calle. Desde luego que esta mujer no pierde ocasión para hacerse notar. 

-Salga de ahí con las manos en alto y despacito. Deje la escopeta en el suelo.

Dos agentes de policía se aproximaron a  Luis que seguía en estado de shock y en ese mismo intante una mano se posaba en mi hombro, mientras  una voz melosa me decía:

    -¿Estás bien?¿Puedo ayudarte en algo?

A mis espaldas estaba él, Carlos. Con su uniforme, con su casco, con su preocupación en los ojos y mi reflejo en ellos, ese hombre por el que había suspirado durante un mes. Si,  la Gaceta tenía razón en lo que me dijo, estaba enamorada hasta las trancas de él.


miércoles, 8 de abril de 2015


Era un genio, un loco, un visionario, un erudíto en la ciencia  y sin embargo era un hombre caído en desgracia. 

Tesla existió y fue el creador de muchas de las cosas que con el tiempo se han ido mejorado y que para nosotros son imprescindibles hoy en día, como por ejemplo: el aeroplano de despegue y aterrizaje vertical, la radio o la corriente alterna que le llegó a dar muchos quebraderos de cabeza. Y sin embargo no recibió el reconocimiento que mereció, quizás porque entre otros,  Edison fue más listo y se lanzó al estrellato a costa de sus inventos o bueno eso es lo que dicen. Para mí lo que está claro es que uno no discute si no cree que tiene la razón y  eso fue lo que precisamente hizo Tesla y Edison, en la famosa guerra de las corrientes. 

¡Ay! que rollo te he contado ¿verdad? Pero es imprescindible para entender que en esta novela el protagonista, como bien dice el título, es precisamente el señor Tesla y ¿sabes? tengo la extraña sensación  que el autor debe ser un admirador del genio, porque en el texto  es precisamente un homenaje a este personaje olvidado en la historia ;).

La novela arranca en 1931 con la muerte de Edison en las portadas de los periódicos, consecuencia que hará que un grupo de locos tomen el control de la energía y siembren el caos en Nueva York, con la única intención de reivindicar la olvidada figura de Tesla. 

Aunque la novela es del género ciencia-ficción,  en ella aparecen personajes que fueron reales como por ejemplo J.P. Morgan, Hugo Gernsback, Astor o evidentemente el propio Tesla. Es un texto con mucha acción, con un ritmo constante y trepidante. Se lee muy fácil y aunque los hechos son ficticios,  en los diálogos se puede ver que el autor de la misma se documentó bien. 

De este género no había leído nada, pero me ha gustado mucho. En un principio pensé que los hechos eran exagerados pero… es una novela de ficción ¡ahí cabe todo!
¡Pleno! Y lo cierto es que está tan bien redactada que es un gustó pasar el rato leyéndola, por no decir que la portada ¡es preciosa! Lo tiene todo ¡oye!

¡Hasta el miércoles!




martes, 7 de abril de 2015




Prometo solemnemente  que no estaba mirando a aquel tipo musculado, con camiseta de tirantes, cazadora beisbolera y pelo engominado que se sentó a mi lado. Tan solo levanté un momento la vista de mi juego para responder a su pregunta: “¿Este va a Príncipe Pio? “, “No” Y ahí se acabó la historia y empecé otra partida, lo dicho que los tipos así no me llaman nada la atención. Por cierto…   los pantalones le venían un poco pequeños  ¡ups!  
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